jueves, 26 de diciembre de 2013

Carta del p. Claudio Faivre Duboz y mensaje navideño de un cura cordillerano.

 
Transcribo la respuesta a un mail enviado en estos días de Claudio Faivre Duboz que actualmente reside en su Francia natal y que acompaño varios años esta comunidad de Choele Choel:
 


 
Hola Cristian !
Qué grata sorpresa recibir tu mail con tus votos y tus reflexiones sobre la realidad de Choele en particular a partir de la imagen. Gracias!
Disculpa que tardé unos días en contestarte: es que estaba buscando un artículo de Jon Sobrino donde él dice que nuestra misión como discípulos de Jesús es de, como lo hizo El, “bajar de la cruz a los crucificados de la tierra”, los pobres (de ahí la imagen), pues ellos son el pueblo crucificado y el Servidor sufriente del que habla Isaías: es toda una mística que fundamenta la opción por los pobres. No pude dar todavía con dicho artículo pero en seguida que lo encuentro te lo mando.
Es muy cierto lo que decís sobre la necesaria desclericalización y sobre los esquemas religiosos difíciles de cambiar: estuve 8 años en Choele (1981-1989) y me acuerdo que había encontrado bastante resistencia al respecto.
Te mando a continuación el mensaje de Navidad de un hermano cura en Los Andes; es integrante del grupo “curasopp” (curas en la Opcion Por los Pobres) del cual fui, y sigo siendo, integrante. Lo encontré este mensaje bien “encarnado” en la realidad humana, como el niño del pesebre.
Felices fiestas para vos , tu gente y la comunidad de Choele .
Un abrazo fraterno. Claudio
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Nochebuena

LOS ANDES, martes 24 de diciembre de 2013
Por Vicente S. Reale - Sacerdote católico
Nochebuena para los simples de corazón y de vida; para los afligidos; para los desposeídos; para los que buscan la justicia y trabajan para lograrla; para los de corazón misericordioso; para los limpios en su conciencia y en sus obras; para los que se esfuerzan por vivir en paz; para los que son perseguidos e incomprendidos por obrar bien; para los que son injuriados, calumniados y juzgados injustamente.

Nochebuena para quienes no matan el cuerpo ni el alma; para quienes cumplen la palabra empeñada; para quienes son fieles con los compromisos asumidos; para quienes alimentan y mantienen el amor que prometieron; para quienes no juran falsamente; para quienes no devuelven mal por mal sino bien por mal; para quienes saben pedir y dar el perdón; para quienes, con el ejemplo de su vida, iluminan la vida de otros; para quienes ayudan a encontrar el sentido de la vida y de la felicidad.

Nochebuena para aquellos que hacen el bien en silencio y sin ostentación; para aquellos que prestan ayuda sin esperar recompensa; para aquellos que se interesan por quienes la sociedad rechaza; para aquellos que tratan a los otros como ellos desean ser tratados; para aquellos que comparten el pan y la vida; para aquellos que elevan una oración por los necesitados y los ayudan; para aquellos que no acumulan riquezas sino amistades y compañeros; para aquellos que no buscan el poder y tratan a todos como a iguales; para aquellos que asisten a los ancianos, enfermos y desvalidos.

Nochebuena para los migrantes forzados por la miseria y el hambre; para los habitantes inocentes de territorios en guerra; para los niños que, por la injusticia mundial, vivirán pocos días; para los mayores que, habiendo entregado sus vidas, son ignorados; para las mujeres que defienden la vida, a veces entregando la propia; para los enfermos y para quienes cuidan de ellos; para los solidarios, cuya mayor riqueza es el bien de los otros; para los honrados en su trabajo, con su dinero y con su vida; para los privados injustamente de todas sus libertades.

¿Cómo vivirán la Nochebuena aquellos que añaden casas a casas y juntan campos a campos hasta no dejar sitio; que se adueñan de los bienes que a todos pertenecen; que llaman al mal, bien, y al bien, mal; que se enriquecen con el trabajo y el sudor de otros; que se tienen por sabios y doctores, discriminando a los humildes; que son valientes para beber vino y campeones para gozar placeres; que, sobornados, absuelven al culpable y niegan justicia al inocente; que, por el vil dinero, trafican con la droga y matan los cuerpos y las almas; que criminalizan a los pobres y a los migrantes?

¿Cómo, aquellos que mienten o distorsionan los hechos para beneficio propio; que siembran la discordia y la violencia; que fabrican y trafican armas; que generan guerras; que cometieron, y cometen, crímenes de lesa humanidad; que se sienten dueños de la verdad y la imponen por la fuerza; que se niegan al diálogo y a la convivencia; que han abandonado sus ideales y sus convicciones; que "miran para otro lado" frente a las injusticias?

Perseveramos en mantener la fe y la esperanza en que la Nochebuena sea, cada vez más, una "noche buena" de verdad y para todos.

En que, sinceramente, nos convirtamos al respeto mutuo y a la amistad social.

En que la estrella de Belén nos siga guiando para caminar juntos hacia "el cielo nuevo y la tierra nueva" que nos han sido prometidos.

En que el humilde y pobre Niño del pesebre nos aliente a realizar una humanidad más unida y solidaria.
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