domingo, 27 de diciembre de 2015

Compartimos el signo de la Puerta de la Misericordia en la comunidad San José de Barrio Maldonado




Imagenes: Gentileza de Esteban Gonzalez Codony

Agradecemos mucho a la comunidad de San José y San Cayetano la agradable preparación del lugar y la animación de la misa con signos y canciones movilizantes.

Fruto de la organización comunitaria en los primeros días de diciembre se logró modificar la puerta de la capilla (reemplazamos la anterior que ya estaba cachuza), así que hoy aprovechamos a bendecirla dándole un sentido espiritual vinculado al signo realizado el 13 de diciembre por el Papa Francisco  que consistió  en la apertura de la Puerta que nos introduce al año de la misericordia.

Nosotros bendecimos la puerta y reflexionamos sobre el valor de la misericordia en el ámbito de la familia. Nos ayudó en esta reflexión un episodio real que se dio en diciembre de 2014. Le compartía a la comunidad que una mañana que entré un ratito a la Capilla del Santísimo observé que habían dejado algo sobre el altar. Y lo que encontré era la imagen de un niño en un pesebre. Y la imagen estaba partida en varios pedazos. Mi primera lectura fue considerar que alguien de mala fe dejó una imagen en ese estado para transmitir un mensaje ofensivo. Estuve a punto de tirar la imagen rota de ese niño Jesús a la basura. Algo por dentro me invitaba a soltar un poco el pedal del acelerador y frenar el enojo. Reflexionar desde otro punto ese episodio. Me empezaron a venir a la mente muchas historias de vida rota. De vidas partidas en pedazos. A esa vida no se la tira. A esa vida hay que acompañarla, defenderla, ayudar a sanarla. Esa vida tiene que rehacerse para llegado el momento ponerse nuevamente en camino. 

Algunos recordarán cuando hace un año atrás mostré esa imagen de niño roto. Una persona de la comunidad se ofreció a reparar la imagen. A unir las partes. A hacer que la imagen recobre la organicidad perdida. Esa imagen , hoy , un año después estaba en el altar … en el pesebre … y restaurada … con un cartelito en las manitas que dice “Misericordia”. Un signo que nos habla. 

A la izquierda la imagen del niñito Jesús roto y a la derecha está la misma imagen restaurada

Y ciertamente la misericordia es un valor indispensable para evitar roturas entre personas e inaugurar sanaciones reales. La misericordia no es tolerar con buena cara injusticias, ni adoptar actitudes pasivas ante todo aquello que  descompone el tejido social, no es amnesia sobre el presente y pasado  histórico doloroso, ni renovar ingenuamente la confianza a quienes accionan desde la violencia y la perversión. Eso en todo caso es cobardía, tibieza o complicidad.

La misericordia acciona y reacciona siempre desde el amor real. Es mirar desde el amor. No entra en el juego de devolver mal por mal ,ni en la venganza como instancia que soluciona injusticias. La misericordia se apoya en la verdad , en la justicia y logra dar ese salto cualitativo donde nos movemos desde el paradigma bíblico que dice “No quiero la muerte del pecador sino que se convierta y viva”. En el horizonte de la misericordia está siempre la plenificacion del otro. Es un lenguaje que puede resultar duro, cuesta integrarlo a las vivencias reales. Pero es invitación reiterada del “Dios entre nosotros”.Y es un valor a orar , charlarlo , profundizarlo. 

Desde este lugar vivimos la misa… las expresiones…. los signos….desde este lugar oramos por la vivencia de la misericordia en el ámbito familiar y barrial. Que haya mucho abrazo sanador. Mucho respeto plenificador. Mucha recreacion de la vida a partir de charlas fecundas. 

A la luz de los textos bíblicos de hoy , que nos hablaban del episodio en el que José y María buscan a su hijo que se les había perdido ; pusimos en oración las búsquedas del dolor : ¡¡¡ Hay un padre y una familia que busca a Daniel Francisco Solano desde hace más de 4 años !!!!
Tuvimos presente a la familia de Bruno que es buscado desde el día viernes cuando fué arrastrado tragicamente por la corriente del rio Negro. 










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