En uno de los días más frios del año nos encontramos abrazados por el fueguito entibiador de la salamandra de la capilla San Elías y Medalla Milagrosa en la comunidad rural de Paso Piedra para compartir una reunion de consejo pastoral parroquial.
Estas reuniones que hacemos con la periodicidad del ritmo de la vida estan integradas por referentes de las pequeñas comunidades cristianas y de las distintas expresiones de la pastoral (pastoral Penitenciaria; Ayuda Inmediata y servicio de arropamiento; Espacio de Educacion Informal; Hogar parroquial de ancianos; Hogarcito de paso).
La vida necesita de encuentro y procuramos justamente encontrarnos para a la Luz del Evangelio , integrando la guía del Documento de Aparecida , la exhortacion post sinodal diocesana y la realidad que vamos viviendo en los distintos ordenes de la vida diocesana , parroquial, barrial , familiar ... ir tomandole el pulso a las situaciones que acontecen y alentar procesos desde el evangelio. Ser espacio de dialogo y conversion parroquial de aquellas cosas que se instalan y no estan inspiradas en el amor ni en los valores del Reino o de aquellos esquemas pastorales que estan caducos en su vigencia. Ser espacio de proyeccion o reproyeccion de respuestas. Ser espacio de apuntalamiento a quienes van rengeando. Ser espacio de celebracion de las "buenas noticias".
Les compartimos el contenido de la oracion que marco el arranque de la reunion y sobre lo que fuimos reflexionando , evaluando y proyectando vida:
Reflexión-Oración
Cuando los fariseos
se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en
ese lugar,
y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?".
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
Este es el más grande y el primer mandamiento.
El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".
y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?".
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
Este es el más grande y el primer mandamiento.
El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".
Iluminación del Documento de Aparecida
Conferencia General del episcopado latinoamericano y del Caribe, 2007
382. El Espíritu ha puesto este germen del Reino en nuestro Bautismo y
lo hace crecer por la gracia de la conversión permanente gracias a la Palabra y
los sacramentos.
383. Señales evidentes de la presencia
del Reino son: la vivencia personal y comunitaria de las bienaventuranzas, la
evangelización de los pobres, el conocimiento y cumplimiento de la voluntad del
Padre, el martirio por la fe, el acceso de todos a los bienes de la creación,
el perdón mutuo, sincero y fraterno, aceptando y respetando la riqueza de la
pluralidad, y la lucha para no sucumbir a la tentación y no ser esclavos del
mal.
384. Ser discípulos y misioneros de
Jesucristo para que nuestros pueblos, en Él, tengan vida, nos lleva a asumir
evangélicamente y desde la perspectiva del Reino las tareas prioritarias que
contribuyen a la dignificación de todo ser humano, y a trabajar junto con los
demás ciudadanos e instituciones en bien del ser humano. El amor de
misericordia para con todos los que ven vulnerada su vida en cualquiera de sus
dimensiones, como bien nos muestra el Señor en todos sus gestos de
misericordia, requiere que socorramos las necesidades urgentes, al mismo tiempo
que colaboremos con otros organismos o instituciones para organizar estructuras
más justas en los ámbitos nacionales e internacionales. Urge crear estructuras
que consoliden un orden social, económico y político en el que no haya
inequidad y donde haya posibilidades para todos. Igualmente, se requieren
nuevas estructuras que promuevan una auténtica convivencia humana, que impidan
la prepotencia de algunos y faciliten el diálogo constructivo para los necesarios
consensos sociales.
385.
La misericordia siempre será necesaria, pero no debe contribuir a crear
círculos viciosos que sean funcionales a un sistema económico inicuo. Se
requiere que las obras de misericordia estén acompañadas por la búsqueda de una
verdadera justicia social, que vaya elevando el nivel de vida de los
ciudadanos, promoviéndolos como sujetos de su propio desarrollo.
Extractos
de la Exhortación Pastoral Post-Sinodal
Obispado de Viedma ,
1985
8.0.
La Iglesia-comunidad, en la medida de su fe pascual, es germen de vida y
liberación integral. Desde el corazón de la comunidad cristiana el Espíritu de
Amor y Vida del Resucitado irrumpe en la historia humana. Según el plan divino
debe llegar a todos los "tejidos"
estructurales de la sociedad, para matar cuantos gérmenes de muerte atentan
contra la plenitud de la vida humana, dignificada por la liberación en
Jesucristo. Es la misión de la Iglesia-comunidad, fermento de salvación
liberadora, en medio de los pueblos, a través de los tiempos.
La Nueva Civilización del Amor es la meta concreta, actual, de la misión parroquial, convertida en comunidad de comunidades para vivir la verdad de familia de Dios en la Iglesia particular Rionegrina.
Si los cristianos, con la fuerza del Resucitado, no somos capaces de construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria -la Civilización del Amor- no tenemos derecho a decirnos seguidores de Jesús. 8.1. La Iglesia es el "pueblo" que por su fe en Jesucristo muerto y resucitado, reconoce y acepta su vocación pascual histórica. Su tarea consiste en convertirse en un signo vivo, en la luz que ayude a los demás hombres (L.G. 1.13) a apropiarse de la Pascua de Cristo, a dar el paso de la muerte a la vida, de situaciones inhumanas e indignas a humanas y dignas.
Esto implica, a su vez, el "paso" de egoísmos oprimentes a la liberación de corazones que aman y construyen un mundo, anticipo del cielo nuevo y tierra nueva (2 Pe. 3,13) en que todos estamos llamados a vivir en convivencia pacífica.
La Nueva Civilización del Amor es la meta concreta, actual, de la misión parroquial, convertida en comunidad de comunidades para vivir la verdad de familia de Dios en la Iglesia particular Rionegrina.
Si los cristianos, con la fuerza del Resucitado, no somos capaces de construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria -la Civilización del Amor- no tenemos derecho a decirnos seguidores de Jesús. 8.1. La Iglesia es el "pueblo" que por su fe en Jesucristo muerto y resucitado, reconoce y acepta su vocación pascual histórica. Su tarea consiste en convertirse en un signo vivo, en la luz que ayude a los demás hombres (L.G. 1.13) a apropiarse de la Pascua de Cristo, a dar el paso de la muerte a la vida, de situaciones inhumanas e indignas a humanas y dignas.
Esto implica, a su vez, el "paso" de egoísmos oprimentes a la liberación de corazones que aman y construyen un mundo, anticipo del cielo nuevo y tierra nueva (2 Pe. 3,13) en que todos estamos llamados a vivir en convivencia pacífica.
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