Imagenes_Gentileza Cecilia Cornejo
Ayer
compartimos la celebración del Sagrado Corazón de Jesús en el Templo
Parroquial. Encuentro de Fe sencillo , con algunos signos que nos ayudaron a
descubrir en el corazón de Jesús inspiración para el abordaje de los desafíos
de nuestro aquí y ahora.
Comparto
escaneo de la primer lectura , del libro del profeta Oseas , bellísimo libro
bíblico. En el que el profeta describe a Dios con sentimientos de papá-mamá en
relación a la tribu de Efraím. El profeta manifiesta que Dios se ocupó de alentar
crecimientos al pueblo de Israel , acompañar el paso de la esclavitud a la
libertad … con ataduras de amor … con lazos humanos … con la ternura de quien
alza una criatura contra sus mejillas , inclinándose hacia él y dándole de
comer … pero … una vez que la tribu se asentó comenzaron a accionar desde la
deshonestidad , la corrupción … transformándose en hacedores de bienes producto
de injusticias … ante esto el sentimiento de Dios es de indignación y enojo …
pero dice “no daré libre curso al ardor de mi ira”….
A
partir de este texto nos pensábamos en esas instancias en las que las fundadas
indignaciones caldean energías iracundas desde la cuales actuamos en reacción a
lo injusto …. dando libre curso a la ira … desasociándonos del amor … a veces explotando amargura … a veces
implotando amargura…
… Charlábamos sobre la alquimia
espiritual de no anular ni negar esa sublevación
que nos circula ante las injusticias sino
en comprometer esa energía con la realidad pero sin abdicar del amor … y esto
no es pasividad … neutralidad … relativización de lo grave … disimulación de la
realidad … no es ser verdugos de la vehemencia ... no es edulcorar las expresiones ni la mirada … no es deslizarse hacia la ambigüedad
… es en parte como dice el Papa Francisco … “Ante
el conflicto, algunos simplemente lo miran y siguen adelante como si nada
pasara, se lavan las manos para poder continuar con su vida. Otros entran de
tal manera en el conflicto que quedan prisioneros, pierden horizontes,
proyectan en las instituciones las propias confusiones e insatisfacciones y así
la superación y unidad se vuelve imposible. Pero hay una tercera manera, tal
vez la más adecuada, de situarse ante el conflicto. Es aceptar sufrir el
conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso.”
Que Tata Dios nos guíe en el
arte de no desamorarnos del amor al modo de Jesús ... recordando particularmente las vehemencias amorosas del corazón de Jesús ante las hipocresías hacinadas en el corazón fariseo y la cercanía ,tierna y sanadora, de Jesús ante los históricamente corridos al margen de la vida ... aquellos que están expuestos a que el primer viento los arroje al precipicio ...
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