Con motivo del mundial
el Papa Francisco compartió algunas expresiones que contienen muchas patitas
educativas para edificar un lindo dialogo reflexivo sobre la capacidad integradora, formadora, estimuladora de lo
creativo y personalizadora que tiene el deporte. Está muy buena para
compartirla con grupos deportivos y educativos de niños, jóvenes y adultos. Muy
interesante si la tienen presente para integrarla a algún momento de trabajo en
grupo los profes de educación física y equipos técnicos de atletas y grupos
deportivos. ¡¡¡ Bendiciones y ánimos misioneros !!!
Dice el
Papa Francisco:
Mi esperanza es que, además de una fiesta del deporte,
este Mundial se pueda transformar en una fiesta de la solidaridad entre los
pueblos. Esto supone, sin embargo, que los partidos de fútbol sean considerados
por lo que son esencialmente: un juego y al mismo tiempo una oportunidad para
el diálogo, el entendimiento, de mutuo enriquecimiento humano.
En este sentido, me gustaría destacar tres lecciones de la
práctica deportiva, tres actitudes esenciales a favor de la causa de la paz: la
necesidad de "entrenarse", el "juego limpio" y el respeto
entre los adversarios. En primer lugar, el deporte nos enseña que para ganar
hay que entrenarse. Podemos ver, en esta práctica deportiva, una metáfora de la
vida. En la vida hay que luchar, "entrenarse", esforzarse para lograr
resultados significativos.
El espíritu deportivo nos remite, de esta manera, a una
imagen de los sacrificios necesarios para crecer en las virtudes que construyen
el carácter de una persona. ¡Si para mejorar a una persona es necesario un
"entrenamiento" intenso y continuo, un mayor compromiso deberá ser
invertido para llegar al diálogo y a la paz entre los individuos y los pueblos
"mejores"! Es necesario entrenarse mucho…
El fútbol puede y debe ser una escuela para la formación de una "cultura del encuentro", que conduzca a la armonía y a la paz entre los pueblos. Y aquí nos ayudará una segunda lección deportiva: aprendamos lo que el "juego limpio" en el fútbol nos puede enseñar. Para jugar en equipo hay que pensar, en primer lugar, en el bien del grupo, no para sí mismos.
Para ganar, hay que superar el individualismo, el egoísmo, todas las formas de racismo, de intolerancia y de instrumentalización de la persona humana. Por tanto, ser "individualistas" en el fútbol es un obstáculo para el éxito del equipo; pero si somos "individualistas" en la vida, ignorando a las personas que nos rodean, sale perjudicada toda la sociedad.
La última lección útil que nos da el deporte para la consecución de la paz es el deber de respetar al adversario. El secreto de la victoria, sobre el campo, y también en la vida, está en saber respetar al compañero de equipo, así como también al adversario. ¡Nadie gana solo, ni en el campo, ni en la vida!
¡Que nadie quede aislado o se sienta excluido! Y, si bien es cierto que al final de esta Copa del Mundo, sólo un equipo nacional va a levantar la copa como ganador, aprendiendo las lecciones que nos enseña el deporte, todos seremos ganadores, fortaleciendo los lazos que nos unen.
El fútbol puede y debe ser una escuela para la formación de una "cultura del encuentro", que conduzca a la armonía y a la paz entre los pueblos. Y aquí nos ayudará una segunda lección deportiva: aprendamos lo que el "juego limpio" en el fútbol nos puede enseñar. Para jugar en equipo hay que pensar, en primer lugar, en el bien del grupo, no para sí mismos.
Para ganar, hay que superar el individualismo, el egoísmo, todas las formas de racismo, de intolerancia y de instrumentalización de la persona humana. Por tanto, ser "individualistas" en el fútbol es un obstáculo para el éxito del equipo; pero si somos "individualistas" en la vida, ignorando a las personas que nos rodean, sale perjudicada toda la sociedad.
La última lección útil que nos da el deporte para la consecución de la paz es el deber de respetar al adversario. El secreto de la victoria, sobre el campo, y también en la vida, está en saber respetar al compañero de equipo, así como también al adversario. ¡Nadie gana solo, ni en el campo, ni en la vida!
¡Que nadie quede aislado o se sienta excluido! Y, si bien es cierto que al final de esta Copa del Mundo, sólo un equipo nacional va a levantar la copa como ganador, aprendiendo las lecciones que nos enseña el deporte, todos seremos ganadores, fortaleciendo los lazos que nos unen.
Para leer el mensaje completo del
Papa Francisco ingresar a :
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