LA
LUZ DE LA PALABRA DE DIOS DEL 7 DE OCTUBRE:
Evangelio según San Marcos
10,2-16
“No conviene que el hombre esté solo” (Gn.2, 4)
La
Palabra de Dios de este fin de semana
nos introduce e ilumina respecto a la importancia de crecer junto a
otros y al valor de la unidad en la
pareja. La unidad y el gozo en la experiencia de pareja suponen el complejo y
dinámico arte de crecer a la par.
Si la dinámica de crecimiento no es “pareja”
entonces estamos ante algo “desparejo”. Esa sencilla o grave injusticia es cuña
de debilitamiento y futura fractura de la unidad de pareja. La pareja es
despareja cuando solo uno habla y el otro siempre escucha, donde solo uno se
muestra y el otro no, donde solo uno cede o solo uno avanza, cuando solo los
gustos de uno predominan sobre los del otro, cuando solo uno es juez o jueza en
la definición de discernimientos, cuando solo uno goza de derechos y solo uno
de deberes, cuando solo los sueños de uno tienen cabida, cuando la vida debe orbitar
únicamente sobre los caprichos, ansiedades o miedos de una de las partes.
Como dice la canción de Eladia Blasquez :
“permanecer y transcurrir no siempre quiere sugerir honrar la vida”. Por eso
tanto la pareja como las amistades no debiesen ser experiencias caracterizadas
por la vivencia del sobrevivir y resistir al otro sino más bien están llamadas
a ser una experiencia dinámica de encuentro y crecimiento.
A la vez es maduro no hacer del primer obstáculo
en la vida de pareja la primera y última razón para disolver el vínculo.
¿Admitiríamos que una familia arroje por la ventana a un hijo porque llora todas las noches y ya no se lo
bancan?. No.
Pero a veces tiramos por la ventana relaciones
de amistad y pareja ante decepciones fundadas. Las relaciones necesitan también
de esa capacidad para confrontar desde la verdad y el amor lo conflictivo y
caminar caminos de sanación y superación.
Aprovechando estas lecturas comparto una
especial oración y bendición por todos los matrimonios y parejas de novios particularmente
por aquellos que puedan estar atravesando tiempos de aridez.
Bendiciones!!!
P. Cristian Bonin
No hay comentarios:
Publicar un comentario