Recomparto un extracto de una carta o manifiesto elaborado por los sacerdotes
de Guatemala al laicado Guatemalteco luego de haber convivido el encuentro de
formación permanente que suelen tener anualmente. Si bien el manifiesto es
extenso (cerca de 27 puntos) hay expresiones particularmente ricas ,
interpelantes que urgen ser encarnadas como iglesia universal. Señalo 4 puntos
y dejo al final el link para acceder al contenido completo del documento.Ojalá sea de provecho para dialogar , debatir , rezar y trabajar en los grupos o comunidades.
p. Cristian
Lanzándonos
a lo que está delante, desde la mística de estar juntos
23. Con todos
ustedes queremos descubrir la alegría y la mística de compartir la vida
juntos, de encontrarnos, de abrazarnos, de entrelazar nuestras manos y apoyarnos
(cfr. EG,87). Sabemos que nuestra condición de vida presbiteral podría
llevarnos a "escapar de los demás hacia una cómoda privacidad o hacia el
reducido círculo de los más íntimos, y renunciar, así, al realismo de la
dimensión social del Evangelio" (EG, 88).
24. Nos
preguntamos si nuestro estilo pastoral no habrá derivado en un sacramentalismo
sin evangelización (cfr. EG, 63) y así, volcados fuertemente en el culto y
en expresiones convencionales de religiosidad, hayamos podido colaborar a
marcar en ustedes la impronta de "un Cristo puramente espiritual, sin
carne y sin cruz...; un Jesucristo sin carne y sin compromiso con el otro"
(EG, 89), provocándolos a ustedes, incluso, a buscar y "encontrar en lo
religioso una forma de consumismo espiritual a la medida de un individualismo
enfermizo" (EG, 89).
25. Cuando
estudios sociológicos serios constatan que "a mayor religiosidad, menor
sensibilidad social", no tenemos más remedio que pensar si nosotros mismos
"estaremos respondiendo adecuadamente a la sed de Dios de mucha gente, a
la vista de que cada vez son más los que buscan apagarla en propuestas
alienantes" (cfr EG, 89). Para compartirla con ustedes, nosotros mismos
queremos tener "una vida espiritual que sane y libere, que llene de vida y
de paz, pero que, al mismo tiempo, "convoque a la comunión solidaria y a
la fecundidad misionera" (cfr. EG 89). No dejamos de preguntarnos con
preocupación si, con nuestros estilos pastorales, nosotros mismos estaremos
colaborando a que se dé "el creciente aprecio por diversas formas de
«espiritualidad del bienestar» sin comunidad, por una «teología de la
prosperidad» sin compromisos fraternos o por experiencias subjetivas, sin
rostros, que se reducen a una búsqueda interior e intimista" (cfr. EG,
90). Porque quisiéramos que, en nuestras parroquias, ni nosotros ni ustedes
"termináramos engañados por propuestas que ni humanizan ni dan gloria a
Dios" (EG, 89).
26. Queremos
compartirles con sencillez y humildad que, con ustedes, queremos avanzar en una
relación personal y entregada a Dios que, al mismo tiempo, nos
comprometa con los otros, y nos ayude a reconocer que el único camino consiste
en aprender a encontrarse con los demás, sin pretender escondernos o quitarnos
de encima a los otros (cfr. EG, 91). No queremos nunca olvidar, y les pedimos
que nos ayuden a lograrlo, que los discípulos del Señor estamos llamados a
vivir un estilo de comunidad que nos haga ser fermento en la masa (cfr. Mt. 13,
33) y a dar un permanente y renovado testimonio de pertenencia evangelizadora
(cfr. EG, 92). Pensando en nuestras parroquias, les invitamos a que, juntos,
nos comprometamos a "no dejarnos robar la comunidad" (EG, 92).